Como los de la mayoría de los niños a los que luego les ha gustado
la pintura mis cuadernos escolares estaban siempre iluminados con caballos,
perros, aviones de la II Guerra Mundial, y algunas aves.
Lo que pudo ser una afición pasajera cuajó en mí y continué
dibujando y pintando a lo largo de mi vida, aunque nunca me lo plantease como
mi principal (¡no digo ya el único!) modo de subsistencia.
No obstante, a lo largo de muchos años fue un complemento
económico importante pero, sobre todo, un modo de entender el tiempo libre; un
camino para dar rienda suelta a mis impresiones… a la belleza que mis ojos
transmitían a mi cerebro, para que no quedara vagando eternamente por el mundo
inmaterial.
Hice muchas exposiciones, ilustré libros, impartí clases de
dibujo y pintura tanto a niños como a mayores y, en el momento en que lo
consideré necesario (para adaptarme a la implantación de las nuevas
tecnologías) hice, también, mi página web personal.
La afición a la Naturaleza no decreció en mí…, es más, podría
decirse que ha seguido una línea continuamente ascendente. Las salidas al campo
acompañado de mi querido telescopio, del trípode y de mis cuadernos de apuntes
se convirtieron en más y más habituales. Con ellos recorrí los principales lugares
de nuestra geografía buscando siempre la rica fauna de la que, gracias a Dios,
disfrutamos.
Pasada esta época de dibujos y apuntes “a pie de obra”,
llegó otra en la que apareció en mi vida lo que se ha dado en llamar “el
digiscoping”; una técnica que consiste en adaptar una cámara digital a un
telescopio terrestre para obtener unos aumentos desconocidos hasta la fecha en
la fotografía de la naturaleza. Comencé a utilizar esta técnica (puesto que ya
contaba con el elemento más caro, que era el telescopio) pensando en obtener
imágenes que luego pudiera convertirse en pinturas. Sin embargo, no contaba con
que una afición fagocitase a la otra y en un par de años, coincidiendo también
con el bajón en ventas e interés del público por la pintura en general, y la de
la naturaleza
en especial, fui abandonando la primera, para centrarme en la segunda.
De esta forma, desde hace seis años, más o menos, ese bullir
interior que me hace producir dibujos y cuadros, es decir imágenes de la
vida animal, cambió el pincel de pelo de marta por el pincel de píxeles
digitales y, aquella primitiva afición quedó adormilada, aunque no muerta.
Algún buen amigo me reprocha dicho abandono de forma
cariñosa y muy gráfica, para pincharme un poco: “Perdimos un mal pintor y descubrimos un peor fotógrafo”.
Pero tengo "mucha pintura" a las espaldas para dejar todo
aquello enterrado o dormido definitivamente. Otra vez las nuevas tecnologías
han intervenido en el proceso. La aparición y extraordinaria acogida de las
redes sociales y del fenómeno blogger, dejó rápidamente obsoleta mi antigua
(sí, en esta era de explosión tecnológina, el paso de 15 años deja las cosas extremadamente anticuadas)
página web; la que yo quería mantener como “museo digital” que recogiera mi
obra pictórica. Las páginas web van siendo sustituidas poco a poco por una modalidad más dinámica: El blog.
Por esta razón hago hoy la primera entrada en este nuevo escaparate; un
blog, paralelo al que ya tengo para dar a conocer mi labor fotográfica,
pero dedicado éste, de forma exclusiva, a mi obra pictórica anterior y a la futura.
Mi primera intención es comenzar por el principio, como indica el título de esta entrada: Comenzar enseñando mis obras más antiguas para, poco a poco, ir acercándome a lo último que he realizado. Quizá no sea posible respetar escrupulosamente el orden cronológico, pero creo que sí podré hacerlo de forma más genérica, agrupandolas por épocas...
¡Hasta la próxima entrada, amigos!
Mi primera intención es comenzar por el principio, como indica el título de esta entrada: Comenzar enseñando mis obras más antiguas para, poco a poco, ir acercándome a lo último que he realizado. Quizá no sea posible respetar escrupulosamente el orden cronológico, pero creo que sí podré hacerlo de forma más genérica, agrupandolas por épocas...
¡Hasta la próxima entrada, amigos!
¡Muy bueno lo tuyo! ¿Te acuerdas cuando...? ¿Y esos óleos que escondes tras la puerta? Qué añoranza produce el ver que tamabas apuntes en la parte de atras de un examen de derecho Civil... Enhorabuena por este nuevo blog. Un abrazo.
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